"Quizá los animales están más adelantaos que los japoneses y que nosotros"
Silvio

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sábado, 2 de enero de 2010

Se acerca el día


Poco queda ya para que llegue esa noche mágica, la Noche de Reyes. Para ese día, tengo pensada una entrada que, de una vez por todas, hará público el secreto de los Reyes Magos, sin tabúes ni tapujos, ni otras cosas que empiecen por "ta". Creo que va siendo hora de que alguien se atreva a dejarse de chorradas y contar las cosas como son, tanto a niños, como a mayores que no quieren despertar.

Pero hasta el día 5, seguiremos en la línea que hemos llevado hasta ahora. En primer lugar os dejo otro pasodoble que dedicaron en el carnaval de Cádiz a los Reyes Magos. En esta ocasión fue "Una chirigota con clase", primer premio de 1996. Una delicia y al que no le guste, que se le seque la yerbabuena.









Y el (los) juguete elegido para hoy es uno bastante peculiar: Los juegos de agua ¿los recordáis?

A mí estos juegos me flipaban. Consistían en una carcasa de plástico que estaba rellena de agua y dentro había algún sencillo mecanismo que constituía el juego. Siempre eran cosas del estilo de meter anillas o bolitas en un palito o una canasta que estaban fijos. Las anillas o bolitas o lo que fuera, se movían cuando tú, dejándote el pulgar apretando como un bestia, pulsabas un botón que lo que hacía era insuflar aire en el agua, removiendo el contenido y así elevando las piececillas. A veces, el botón era de goma y se metía hacia dentro al pulsar, doblándose como si le estuvieras dando la vuelta. Esto no es que doliera, pero sí generaba una extraña sensación en el dedo cuando tú, en tu afán de que las anillitas de marras ascendieran más, hundías el dedo como si te fuera la vida en ello. Simple, casi tonto, pero observar cómo esas pequeñas piezas "revoloteaban" en el agua y caían cual hojas en otoño, balanceándose en su camino directo hacia la canasta para, en el último momento oscilar una vez más y errar el cesto, era divertido, que leches!


Foto: http://www.todocoleccion.net/

Luego se hicieron variaciones de todo tipo, más pequeños, con otras formas, etc. llegándose a fabricar en una curiosa forma de bolígrafo gordo, bastante ortopédico.

Primos hermanos de estos juegos eran los juegos de (secano) bolsillo -geyper los molones, "nisu" el resto- que en alguna ocasión también trajeron los Reyes. También juegos sencillos, de encestar objetos, sortear obstáculos, etc. eran pequeños, poco más grandes que una cassette (otro día hablaremos de los juegos-cassette, que también los hicieron) y también de forma rectangular. Los más molones funcionaban a cuerda, como el de motocross que yo tuve o una que había de pesca. Con un mecanismo de cuerda se ponía a girar un disco en el que estaban dibujados (¿o en relieve?) unos obstáculos mientras tú manejabas con una palanquita, a izquierda y derecha, la figura de una moto. Todo regado con un zumbido típico de estos mecanismos de cuerda, algo así como "nngrrrrnnngrn". Os dejo también una fotillo de uno que aún obra en mi poder, uno de los "nisu" que os decía antes y que ni cuerda ni ná, este era un pin-ball rústico a más no poder.

Mañana más.