"Quizá los animales están más adelantaos que los japoneses y que nosotros"
Silvio

¡Escucha y navega!

jueves, 25 de febrero de 2010

El mar, idiota, el mar

Hola a todos... como hace tiempo que no escribo nada, para que no digáis que os tengo olvidados, hoy os propongo algo fácil, cortito y divertido, así no os doy el tostón.
No es nuevo, pero si lo conocéis ya, os servirá para recordar lo adictivo que es. Dentro de las miles de cosas que "mes más fácil creelo que averigualo" que hay en internet, esta me alucina.
Es un pequeño "juego" que trata de averiguar todo aquello en lo que puedas pensar, a través de 20 preguntas. A veces patina un poco porque las respuestas que espera no son las que cada uno de nosotros dice, pero bueno, acierta mucho y es impresionante con según qué cosas...
¡Probadlo y no podréis resistir el repetir y el enseñárselo a alguien! Solo hay que pinchar aquí www.20q.net y pedirle que "piense en español".
Volveré pronto.
NiñoB

martes, 9 de febrero de 2010

Nosotros los pre-parados

Ayer me tocó presenciar uno de esos episodios que te dejan con una extraña sensación para todo el día. Este país (de pandereta) está cada vez más desquiciado y las situaciones cotidianas, de un extremismo increíble, rozan el absurdo de forma cada vez más peligrosa. Crisis, paro, jubilaciones anti-anticipadas... y los españoles primero; qué sé yo.
Ayer, tras asistir a regañadientes a una sesión universitaria infumable, me disponía a deglutir mi ración lunera de desahogo deportivo; solo había un problema: un penetrante dolor de cabeza como un taladro que entraba por mi nuca y salía por mi frente. Ante la ausencia de farmacias, recurrí a ese remedio mágico contra todos los males, todos menos el que precisamente se empeñan en atribuirle, me refiero al chocolate.
Así entré en un famoso supermercado a comprar chocolate y una botella de fairi usado para beber. No estaba especialmente lleno pero me puse en una caja donde una señora descargaba su carro sobre la cinta transportadora lo más rápido que podía. Observé, aún prestando más atención a mi dolor de cabeza, cómo la cajera -probablemente americana- pasaba los artículos por el detector a una velocidad pasmosa, que la señora clienta no lograba corresponder.
Esta situación llegó a agobiar a la clienta, que no daba abasto sacando su compra del carro y terminó por decirle risueñamente: "¡Buff, es que vas tan rápido que no me da tiempo!". Pero lo que realmente me sacó de mi medio letargo fue la respuesta lacónica de la cajera, sin levantar la cabeza de la cinta y casi sin mover sus labios:
"Es que me están controlando el tiempo"
Tras unos segundos que parecieron minutos, la señora volvió a resoplar, sorprendida, y esta vez la trabajadora, de forma más afable, como volviendo a esconder lo más profundo de sí, añadió: "no se preocupe, que no lo va a guardar usted sola" y se puso a embolsar con ella. Yo no daba crédito.
Habrá quién me diga que soy un iluso, que el trabajo es así, que en la empresa privada es lo que hay... Sí, lo que queráis, pero en la forma en que habló aquella chica subyacía algo más. Ayer, para mí, esa frase reflejaba toda la mierda que la gente le echa a un plato de lentejas para que sepan a algo... y la que millones de otros querrían tragar con tal de tener algo.
Detalles. La vida está llena de detalles. Detalles que nos recuerdan lo mal que están las cosas, detalles que nos restriegan la suerte que tenemos. Horas después seguía dándole vueltas a esa frase, eso sí, bien contentito por vivir como vivo. Triste.