"Quizá los animales están más adelantaos que los japoneses y que nosotros"
Silvio

¡Escucha y navega!

martes, 10 de noviembre de 2009

VIVITO Y COLEANDO


Me debatía entre actualizar el blog antes de irme (ya que hace un mes que no lo actualizo) o sentarme un ratejo a dedicaros (cada uno ya sabe) unas palabritas en un mail o algo así. Finalmente, si estás leyendo esto, comprenderás que ganó la primera opción.

Y, aunque hace poco ya escribí con esta etiqueta, he querido volver a poner algo de LITORATURA. Ya en su día os puse una pintada encontrada en Portugal y creo recordar que os dije que aparecería en esta sección alguna más de mi viaje por ese país. Pues no se ha hecho esperar, bueno sí, los días que he estado fuera, ya que como véis, este post se quedó en el tin... teclado cuando nos fuimos de viaje.
Pues bien, seré breve: Se trata de una gran pintada, encontrada también en Coimbra. Es sencilla y obvia, pero muchas veces son esas cosas las que más llegan, las que de sencillas que son, resultan más incisivas:

Yo no pedí nacer ¿Y quién sí? Imagino a quien hizo esta pintada, le imagino en uno de esos momentos oscuros que -supongo- tenemos todos. Podría seguir por ahí, es tentador la verdad, pero no lo haré.

No lo haré porque el propósito de este post es otro. Al principio te hablé de la disyuntiva que tuve hace unos días y de que hoy puedes leer el resultado de la decisión. El motivo de la decisión es, también, cada vez más obvio. Poco a poco te irás dando cuenta de que esta foto ha sido la excusa perfecta; la excusa perfecta para decirte que, yo, tampoco pedí nacer.

Sin embargo hoy no lo digo con la extrema amargura que destila esta pintada sino con una alegría, casi orgullo, que seguramente habría reforzado con una frase lapidaria, a modo de coletilla, en caso de haber sido yo el autor de la pintada.

Aún a riesgo de resultar ñoño y sabiendo que me comeré mis palabras en cualquiera de mis textos más oscuros (vean la luz o no) hoy tengo que decir que yo no pedí nacer, pero vivir rodeado de la gente que me rodea, hace del hecho de "no haberlo elegido" algo secundario, tanto que pensar en la casualidad, la madre naturaleza, el destino o la fuerza divina, no hace sino más grande el hecho de que vivir cada día y contar con la gente con la que cuento a mi alrededor sea un verdadero privilegio.

Ahora ya sabes por qué decidí actualizar el blog. Nada más por hoy... sólo gracias, de corazón.

Ah... no, no te he traído nada de Nueva York. Ups!