"Quizá los animales están más adelantaos que los japoneses y que nosotros"
Silvio

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martes, 23 de abril de 2013

A VER QUÉ ECHAN HOY (II) Where is Jessica Hyde?


Siguiendo con el tema televisivo, como os dije, mi idea era resaltar algunas de las cosas que aún se hacen bien en o para televisión. Y sí, podíamos hablar de programas de otro tipo, especialmente ahora, después de haberme liado a despotricar contra la telebasura... nos vienen a la mente algunos programas documentales, culturales, científicos, incluso alguno que hay por ahí de periodismo de investigación no sensacionalista... pero de esos quizá hablemos otro día. 

¿Por qué? Porque todo este rollo viene a colación de algunas series que he visionado recientemente. Y es que quería rescatar y destacar esa faceta más cinematográfica que tiene la caja tonta. mí me gusta el cine pero, por desgracia, ya no voy casi nunca. Además se hacen unas mierdas importantes para la gran pantalla.

En contrapartida, cada vez se le da más importancia a lo que podríamos llamar el "género chico", las series de televisión, que cada vez está ganando mayor relevancia y que cada vez nos brinda cosas más interesantes. 

El problema es el de siempre: Cuando algo funciona, se pone de moda y da pasta, el siguiente paso es el abuso, con el consiguiente bajón debido a, a saber: querer estirar los chicles, explotar la gallina de los huevos de oro o la aparición de subproductos malos al calor del éxito de otros. 

No obstante, en este maremágnum surgen perlas... pero también los churros más impresionantes. Y podemos citar ejemplos como el de alargar la serie "Heroes", que partiendo de una idea bastante interesante, se hizo insoportable prácticamente en la segunda temporada. También el surgimiento de bodrios, como los que hacemos en este país, por ejemplo al calor de la moda de las series de época o de las series de misterio y que no pienso ni citar. Y es que lo de las series de aquí, aún a riesgo de resultar malinchista, es de traca: guiones malos, actuaciones HORRIBLES, realizaciones flojas (por lo menos en comparación con otras de fuera)... Pero volvamos, que me lío de nuevo, volvamos a las perlas.

Decía que las series que se hacen para televisión cada vez tienen menos que envidiar al cine (salvando las distancias y los casos concretos, claro) por lo menos en lo que a  "servicios prestados" se refiere. Eso no me lo puede negar nadie. 

Creo que nunca llegué a hablar en este blog de series como "Lost" de la que me declaro fan (y antes de que preguntéis, sí, me gustó el final) o "Los Soprano", pero tampoco seré a estas alturas la millonésima web que hable de ellas. Sin embargo, con "Lost" recuperé el interés televisivo que perdí... ¿allá por "Twin Peaks"? bueno, exagero un poco, pero el caso es que me interesé nuevamente por algunas series de televisión. 

El problema (o la suerte) es que hoy en día está todo al alcance de un click en nuestros ordenadores y en España, las cadenas parecen no entender esto, ninguneando o maltratando vilmente todo aquel buen trabajo que exista en el mercado y, con ello, también al telespectador. Así, se tardan meses (o años) en  "estrenar" series que, cuando las ponen, mucha gente ha visto ya. O como el caso de la interesante "Black Mirror", que anunció una cadena a bombo y platillo durante 2 meses, para luego proyectarla casi sin avisar, de una sentada (son 3 capítulos) un día cualquiera a las once de la noche. Si a esto le sumas lo que comentaba en el post anterior, normal que no den ganas ningunas de encender el dichoso aparato. ¿Otro ejemplo? "Homeland" que a pesar del éxito que está teniendo, en España acaba de empezar su emisión y tras 3 meses de promoción... el que está interesado ya va por la mitad de la segunda temporada y casi tiene previews de la tercera. Como la serie se alargue, tendremos anuncios de homeland hasta la inauguración de Madrid 2020... y para entonces todos sabremos ya de qué coño iba el dichoso soldado.

En fin, entre multitud de productos norteamericanos, aparecen (una vez más) los ingleses. El caso es que los ingleses siempre han sabido hacer las cosas muy bien, a su estilo, pero muy bien y últimamente se están haciendo cosas muy interesantes en lo que a series se refiere... La ya mencionada y recomendable Black Mirror, por ejemplo, que con dos temporadas de solo 3 episodios, todos independientes entre sí, es una bocanada de aire fresco en el segmento. Un inquietante acercamiento a lo que podría ser (o es) la influencia de las redes sociales y la tecnología en nuestra sociedad. Un futuro quizá más próximo de lo que nos pensamos da pie a seis interesantes historias. Otro ejemplo británico es la miniserie "Dead Set" que si bien no deja de ser un "aprovechar el lamentable tirón zombie" que nos azota, hay que reconocer que está bien hecha. Pero sobre todo, que solo la idea inicial de mezclar zombies con Gran Hermano, constituye una alegoría que probablemente no se hubieran atrevido a hacer muchos. Merece la pena, eso sí, solo si te gusta el género zombie, claro.

Bien, pues hace unos días, buscando algo que llevarme a las retinas, descubrí otra miniserie inglesa: Utopía. 

NOTA: Me encantan las buenas miniseries o las series que  saben echar el cierre ¿por qué se empeñan en sacar petróleo de donde no lo hay? Si Twin Peaks se hubiera cerrado en esos pocos episodios iniciales que estaban previstos...

Bueno, el caso es que UTOPÍA me ha gustado. Me ha gustado mucho. La idea era hacer un comentario exclusivo sobre esta serie y al final mira, dos entradas divagando y... Pero bueno, no dejaré de recomendaros esta pequeña joya.

¿De qué va Utopía? 
(queda mejor poner argumento o sinopsis o algo así, ya lo sé, pero a mí me mola más poner "de qué va")

Pues de unos cuantos mataos y/o frikis que tienen en común el gusto por un comic titulado "Utopía". La noticia de la existencia de un manuscrito inédito, de la segunda parte del cómic, hace que todos ellos se lleguen a conocer. Sin saber por qué, se ven envueltos en una peligrosa trama en torno a ese manuscrito, que parece contener secretos muy importantes...

Utopía te atrapa desde el principio, una ambientación muy lograda y una trama que engancha desde la inquietante primera escena, deberían ser suficientes para prestarle atención pero, además, la serie cuenta con otros interesantes ingredientes: fotografía atractiva (con colores saturados pero sin hacer daño a la vista como CSI Miami) una ejecución buenísima, personajes y actores muy... muy... ingleses (nada de botox, siliconas y figurines poco creíbles), una tema principal cojonudo (que habré escuchado 25 veces seguidas) y además de todo eso, atrevimiento.

En lo del atrevimiento, merece la pena detenerse, porque me refiero, por un lado, a lo explícito de algunas escenas, que sin embargo no resultan gratuitas en el conjunto ni desagradables al espectador y, por otro lado, al argumento en sí mismo. Y es que el argumento, al margen de cierta carga fantástica, plantea una serie de cuestiones polémicas y de dilemas morales y, ya de paso, alimenta las paranoias conspirativas, de forma que te capta desde el primer capítulo y no llega a aburrir a pesar de algunos bajones en la historia.  

En resumen y a la espera de ver otras series más ambiciosas y que figuran en las listas de grandes series, como The Wire o Boardwalk Empire (que aún las tengo entre manos) os recomiendo Utopía, algo diferente dentro de la morralla televisiva que nos rodea. La pena es que no la vayamos a ver en nuestras pantallas... o sí, pero dentro de 2 años y seguramente con un doblaje horroroso... ¿a alguien le suena The Walking Dead?


Lo mejor de Utopía: La estética, la fotografía, la música, el descaro... y la sensación de estar viendo algo que podría tener mucho de real.


Lo peor de Utopía: Algunos fallos, que los tiene. Que hagan una segunda temporada cuando, tal y como está, la serie queda redonda. Que en España no se estrene YA o que cuando se haga las voces parezcan la de Juan Carlos I y la de Ana Rosa Quintana.

miércoles, 10 de abril de 2013

A VER QUÉ ECHAN HOY (I)

Cada vez es más bochornosa la televisión que tenemos en este país.

Tenemos los denominados programas de carnaza, en los que lo único que se hace es buscar el sensacionalismo, para que el espectador olvide sus miserias regodeándose en las de otros o, por ejemplo, demonizando al corrupto o al famoso que en ese momento toque. Todo ello revestido con un halo de profesionalismo y tecnicismo jurídico o científico que dotan al programa de un indudable rigor y un valor periodístico incalculable.

Tenemos los programas de famosos haciendo cosas, esos que están tan de moda: famosos cantando, famosos bailando, famosos tirándose desde un trampolín... ¡cualquier día aparecen famosos introduciéndose objetos por el recto! Eso sí, Santiago Segura estaría en el jurado. El Sr. Segura que se ha convertido en un monito de feria. Un tío al que le supongo una cierta inteligencia y un innegable ingenio y que ha quedado para esto, bueno, para esto y para hacer Torrente 5, que digo yo que o le había sobreestimado o este tío se está descojonando de media España. Eso sí, a costa de quedar a la altura del Mario Vaquerizo ese.

Luego tenemos los programas esos a modo de magacín ¿gracioso? que ya huelen, pero que huelen. Estos programas gustan de encontrar una frase o sección que haga gracia una vez y ya la repiten hasta la extenuación, sin darse cuenta de que una vez hace gracia (algunas ni eso) dos cansa y a la tercera ya da vergüenza. Los mismos humoristas cambiando de cadena periódicamente para hacer el mismo programa una y otra vez... y cada vez peor. ¿No se dan cuenta de que si desaparece de la parrilla de una cadena es por algo? Estos programas también gozan poniendo videos sacados del youtube, zappinternet o similares, pero claro, ya hasta los telediarios se nutren de estos medios... Señores, si quiero ver vídeos de internet, ya me meto en internet. Imaginación al poder.

Entre todos estos programas de moda cambiante, aún ¡aún! sobreviven zurullos de la talla de Gran Hermano 27 (¿hay alguien que vea eso todavía?) o Sálvame, programas bazofia a los que ya ni merece la pena dedicar 4 líneas escr

Sí, amigos, quedan pocos programas de TV inteligentes o por lo menos potables para entretener. Juro que el otro día me desperté a las 5 de la mañana, puse la TV y había por lo menos 3 cadenas en las que estaban poniendo jazz, música de cámara, canción de autor... ¡A la vez! Todas en el habitual horario cultural de las 5 de la mañana, como dicen los geniales Les Luthiers.

Y ni hablar de la programación, cansa ver dieciocho canales poniendo la misma programación una y otra vez, un canal emitiendo un mismo capítulo de una serie 14 veces en una misma semana, cortes publicitarios imposibles o cortes seguidos en un intervalo de 20 segundos. ¡Brrrrrr! ¡Vamos, que yo pensaba hablar de otra cosa hoy y mira en lo que me he metido! Bueno, ya que estoy, aquí os dejo algunos bonitos ejemplos de lo que, continuamente, nos brinda la famosa caja tonta. Ojo, los niveles de vergüenza ajena pueden dispararse. Esto sí debe provocar encefalopatía espongiforme:


1. Cultura en prime time



2. Carroña, carroña


(Muy difícil encontrar este video... 
¿se lo habrán cargado de las principales redes?)


3. Mírenme a la cara: Ustedes son gilipollas



 4. Y por último un...


Y alguien me dirá ¿y por qué ves la tele? Bueno, la verdad es que no veo mucha televisión, peo algo sí y aún creo, en lo más profundo de mi ser, que en este medio se pueden encontrar cosas aprovechables. De hecho, de eso quería hablaros, pero es que me pongo y me lío, al final, mirad lo que os he contado... En fin, tendré que dejar el tema para una segunda parte. Hasta pronto.

sábado, 16 de febrero de 2013

PARA HELAR LA MÉDULA ESPIRAL

Esta tarde he recibido un aporte de mi náufrago preferido (graciaaaas) que es merecedor de publicación automática, aunque repitamos "litoratura" en tan corto espacio de tiempo. Y es que esta sección no había visto algo tan inquietante, tan acongojante, desde los tiempos de Satán (Highway to Cuenca). 

Creo que, como en aquella ocasión, poco hay que decir; eso sí, dada la localización de esta foto, bien cerquita de casa, a partir de ahora caminaré por la calle con mucha más cautela...


domingo, 3 de febrero de 2013

CANIBALISMO NO, GRACIAS

Después de algún tiempo, vuelvo con algo de LITORATURA. Os traigo dos curiosas imágenes, captadas recientemente, que no me resisto a poner en esta sección. 

En la primera, vemos como el uso de una palabra como adjetivo o como sustantivo cambia completamente el significado de aquello que queremos decir. Eso, o que realmente se prohíbe el canibalismo dentro de ese recinto, claro.




La segunda nos deja una curiosa paradoja (¡Dios no quiera que haya una emergencia!) que, aunque también se entiende fácilmente, bien se podía haber evitado para aquellos tiquismiquis como yo. 



Cortito y al pie, que luego decís que me enrollo. Salud
Niño B