Ahora sí: otro clásico de los Reyes fue La Rueda de la Moda. Un sencillo juguete con el que podías crear tus propios modelos, eso sí, con una serie de limitaciones. Tantas como las combinaciones que se podían hacer con unas piezas de plástico grabadas en relieve, que representaban las partes de una señorita, ataviada con un modelito. Combinándolas se podían crear nuevos -en ocasiones disparatados- modelos.
Una vez confeccionado el vestido (y la modelo; yo siempre le vi un punto gore a este juguete) se ponía una hoja de papel encima y se pasaba con avidez un carboncillo, que hacía la magia. El modelo en cuestión aparecía ante tus ojos, con mayor o menor nitidez en función de lo manazas que fueras. A mí siempre me quedaban trazos gordos y ligeramente desdibujados, la verdad. Por último, se coloreaban... Aquí tenéis una foto de esta maravilla de la técnica:
A estas alturas o estaréis preguntando cómo puede ser que yo sepa tanto de este juguete tan... femenino, y lo recuerde con cariño... bueno, lo conozco bien porque tengo hermanas y ellas lo tuvieron, en cuanto a mí experiencia, no es que yo jugara con él, es que poco después de que mis hermanas tuvieran la Rueda de la Moda, yo tuve la suerte de que Sus Majestades me trajeran la siguiente maravilla:
¡Superhéroes y Monstruos! ¡Sensacional! ¡Tsst, y muy masculino! El mecanismo era exactamente el mismo que el explicado antes, sólo que las modelitos se sustituían por superhéroes (por supuesto "no oficiales") y lo que molaba aún más, por monstruos. Las combinaciones eran terroríficas y una vez pintadas por mí, más terroríficas aún. Podías crear superhéroes con tentáculos o musculosos bicharracos con slip por encima del pantalón... ¡Me encantaba!
En definitiva, ¿puede un niño alegrarse de que le traigan carbón? Claro, siempre que sea dulce o sea carbón...cillo
Fotos www.todocolección.net (www.aquellamaravillosainfancia.com)